Liebre ártica o polar, esta especie de liebre está totalmente adaptada al cruel frio polar. En esta entrada conocerás más información sobre la liebre ártica.
La liebre ártica posee dientes incisivos fuertes y patas cortas y acolchadas que ayuda a que el animal no se hunda en la nieve. Sus garras traseras son potentes y más grandes que las de cualquier otra especie de liebre. Sus orejas también son cortas, y son así para la conservación del calor.
Es una especie terrestre que se moviliza a través de saltos y acostumbra a excavar bajo nieve para hallar comida. Si se siente en peligro, se coloca de pie sobre sus patas traseras y mantiene una extremidad anterior escondida cerca de su cuerpo.
Es un animal solitario. Pero, cuando se encuentra en temporada de apareamiento suele formar grandes grupos de 100 o más ejemplares. Tiene hábitos nocturnos y crepusculares.
En caso de que la temperatura descienda por debajo de -30°C, la liebre se encontraría en peligro de congelación, por lo que eriza su pelaje para retener el aire y protegerse de los vientos cortantes.
Tiene un sentido del olfato muy desarrollado y le permite detectar la comida que se encuentra por debajo de la nieve.
En el cortejo, el macho seduce a la hembra lamiendo, rascando o mordiendo y la persigue hasta que se produce el apareamiento, que puede ser un poco agresivo. La gestación tiene como duración unos 50 días y las crías nacen normalmente en mayo o junio. Las crías son llamados lebratos, y se quedan cerca de su madre hasta el destete, 8 o 9 semanas luego de su nacimiento.
La liebre ártica tiene múltiples amenazas, entre los cuales están el zorro ártico, el zorro rojo, el lobo común, el aniño, el lince canadiense y el búho de nieve.
También los humanos cazan a esta especie para utilizar su carne y su piel. A pesar de estas amenazas, no existe peligro serio para el animal, y la Lista Roja de la UICN la clasifica en “Preocupación Menor”.
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